Considerada una de las grandes damas del teatro en España en la primera mitad del siglo XX. Era hija de un director de orquesta y, siendo una niña se instala en Madrid con su familia.
En la capital de España se inicia en el mundo de la interpretación, estudiando en el Conservatorio con Teodora Lamadrid y debutando finalmente con la Compañía de Rosario Pino en el Teatro de la Comedia, estrenando entre otras piezas Los Galeotes (1900) y Las flores (1901), ambas de los Hermanos Álvarez Quintero. Poco después, pasa a la compañía de María Guerrero.