Consuelo (a la izquierda) con su hermana Cándida y los hijos de unos amigos. «Nos gustaban mucho los niños». Aquel día fueron a dar un paseo con los padres de los pequeños. Él era el chófer de la Marquesa de Valdefuente, que vivía cerca de la ermita. Las Cuevas aún no estaban casadas: «Mira qué cuerpecitos teníamos».