El abuelo de Ana María, aquí llevando al caballo ganador, fue jockey. Montó mucho en París y ganó un gran premio. Su hijo, el padre de Ana María, trabajó en el Hipódromo de soltero. Después, cuando se casó, trabajó en la fábrica de Catarineu haciendo jabón y de ahí se fueron a Francia, a las landas. A Ana María le gustan mucho los animales y cree que lo ha heredado de su padre.