Cipriano Iglesias Rosado, «el Cipri», con sus amigos «el catalán», «el Fernandito», «el chulo» y «Angelayo», listos para ir a divertirse al Pénjamo, el baile que se hacía al aire libre todos los veranos al final de la Osa Mayor dirección Pozuelo. «Teníamos 16 años y una sola camisa de fiesta, así que había que cuidarla como oro en paño».