La familia Chovo con María Luisa, la suegra de Loli, y su hijo Gerardo con tres o cuatro años en la antigua calle de las Flores (ahora Boyero). En la casa del fondo a la izquierda vivía Gallardo, el practicante de Aravaca. «Era una calle muy bonita con casas bajas llenas de plantas. Ahora todo ha cambiado», se lamenta Loli.