Reflejo del aspecto eminentemente rústico que ofrecían las riberas del Manzanares en las primeras décadas del siglo, donde se levantaban granjas, molinos de agua, vaquerías y quintas, ante la ciudad que se adivina en la lejanía.
Fuente: Catálogo de las Pinturas, 1990, pág. 204-205. Museo Municipal de Madrid.