Lienzo, uno de seis, -cuatro de formato vertical y dos tondos-. Es quizá el lienzo más interesante de la serie, por la belleza de su dibujo y el protagonismo que la luz adquiere en la composición como elemento sobrenatural que sobrecoge a la monja enferma y modela los pliegues de su lecho, recortando en un violento contraluz la figura de la religiosa que la acompaña, de la que sólo se distingue su mano izquierda y ligeramente las facciones del rostro, tenuemente iluminadas por el reflejo de la luz cegadora de la tosca manta que cubre a la moribunda. En la parte superior de la escena, San Francisco de Regis se aparece sobre nubes a la monja, mostrándole un crucifijo y sanándola milagrosamente.
Fuente: Catálogo de las Pinturas, 1990, pág. 129-130. Museo Municipal de Madrid