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Patrimonio urbano
Casa de Tócame Roque
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Descripción
Titulo:
Casa de Tócame Roque
Fecha:
1991
Lugar:
Madrid
Descripcion:
C/ Barquillo, 49
Distrito: Centro
Colocada en el año 1991
Editor: Ayuntamiento de Madrid
Tipo:
Placa conmemorativa
Signatura:
s/sig

Comentario
En este lugar se alzó desde mediados del siglo XVIII la populosa CASA DE TOCAME ROQUE, donde es tradición que Don Ramón de la Cruz situó el sainete de LA PETRA Y LA JUANA

Esta fue una casa sola, corrala con barandillas de madera abiertas a un gran patio de vecindad, tan populoso, que ha terminado conociéndose como un lugar donde todo es barullo y cada uno hace lo que le viene en gana… “¡Esto es la casa de Tócame Roque!” Es una expresión totalmente viva ante una situación de complicada convivencia.

Duró desde el siglo XVIII, perteneció a Martín Hercé, y posteriormente al Conde de Polentinos, que la mejoró y la amplió hasta su derribo, que fue ordenado en pleno municipal de 23 de agosto de 1849 justificado con el fin de dar salida a la calle de Barquillo y encontrarse con la que es Fernando VI. Pero sus vecinos de coraje y casta sobrados, impidieron al actuación municipal con todas sus fuerzas. En septiembre de 1850 salieron de ella las últimas 50 familias y se derribó.

Con ellas se iba un símbolo del “follón” vecinal hecho literatura. En ella se ambientó el sainete de Don Ramón de la Cruz llamado por su autor La Petra y la Juana o El Buen Casero y que se conoce popularmente como La Casa de Tócame Roque. Ortega Frías escribió unas novela con ese nombre totalmente ambientada en esta vivienda. De igual modo Manuel Fernández y González e incluso José del Corral recoge la novela francesa Une Drole de Maison. A todas ellas se unen las crónicas de los más jugosos madrileñistas.

Esta casa de vecinos -y otras muchas-, cuyas viviendas eran, a decir de Larra, del tamaño de los baúles, hacían que la convivencia familiar fuera casi pública entre la concurrencia. Causa de esta incómoda situación en la que los vecinos se enteran de todo, surge el nombre de esta casa de la que dice la leyenda que se la llamó así por la disputa de dos hermanos en la división de su herencia: uno de ellos presionó tanto a su hermano Roque en el reparto, que insistió en que le tocaba la parte que él deseaba. Los vecinos acabaron por burlarse de la situación de forma que cada vez que salía de ésta, su casa, se burlaban de él diciendo “Tócame Roque”, inocente y peregrina broma que le hizo atrincherarse en ella por la vergüenza de la burla .
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