Descripción
Titulo:
Circo Price
Fecha:
2005
Lugar:
Madrid
Descripcion:
C/ Plaza del Rey, 3 (Ministerio de Cultura)
Distrito: Centro
Colocada en el año 2005
Editor: Ayuntamiento de Madrid
Distrito: Centro
Colocada en el año 2005
Editor: Ayuntamiento de Madrid
Tipo:
Placa conmemorativa
Signatura:
s/sig
Palabras Clave:
Comentario
En este lugar estuvo desde 1880 hasta 1970 el internacionalmente famoso TEATRO CIRCO PRICE. Gran coliseo donde se representaron, circo, ópera, zarzuela, ballet, variedades y veladas deportivas, siendo centro de reunión social de la vida de Madrid.
El Circo Price entra en el recuerdo melancólico de numerosas generaciones de madrileños: fantasía, música, equilibrios, rugidos y risas que extasiaron a los espectadores bajo su bóveda, donde un foco buscaba en el aire la pirueta o el elefante saludaba con su trompa atroz. En el siglo XIX el circo era una pasión.
El circo moderno nació en Inglaterra a mediados del siglo XVIII ideado por un sargento llamado Mt. Philip Astley que empezó sus espectáculos ecuestres, gimnásticos, acrobáticos y de payasos en el Londres de 1768. Contemporáneo a este militar fue Thomas Price, que vino a Madrid en 1847 con su equipo y que fundó el Circo Price en 1853 en el Paseo de Recoletos.
Desde 1834 estuvo el Teatro Circo en el jardín de la Casa de las Siete Chimeneas, del Conde de Polentinos. Tuvo su mejor momento cuando fue su empresario el Marques de Salamanca y lo mejor de Madrid pasaba por él atraídos por sus Operas italianas. Después, el Sr. Price acordó con el Conde de Polentinos un variado programa con mucho éxito, hasta que se incendió el teatro en noviembre de 1876. A la muerte del Sr. Price le sustituyó su administrador William Parish, su administrador, domador y yerno. Éste encargó un nuevo edificio al arquitecto teatral Ortiz de Villarejos que lo concibió en hierro, con forma de un polígono de 16 lados y una capacidad para 2000 espectadores. Se inauguró el 5 de diciembre de 1880. El Price fue el local de moda donde se sucedían las temporadas de conciertos, zarzuela, circo, y las veladas deportivas que adornaban la belle epoque madrileña. Fue Parish hijo el que lo unió al Circo Americano. A partir de 1930 tuvo varios empresarios y, en 1960, Manuel Feijoo y Arturo Castilla le devuelven su prestigio. En mayo de 1970 es derribado, pero su recuerdo forma parte
El Circo Price entra en el recuerdo melancólico de numerosas generaciones de madrileños: fantasía, música, equilibrios, rugidos y risas que extasiaron a los espectadores bajo su bóveda, donde un foco buscaba en el aire la pirueta o el elefante saludaba con su trompa atroz. En el siglo XIX el circo era una pasión.
El circo moderno nació en Inglaterra a mediados del siglo XVIII ideado por un sargento llamado Mt. Philip Astley que empezó sus espectáculos ecuestres, gimnásticos, acrobáticos y de payasos en el Londres de 1768. Contemporáneo a este militar fue Thomas Price, que vino a Madrid en 1847 con su equipo y que fundó el Circo Price en 1853 en el Paseo de Recoletos.
Desde 1834 estuvo el Teatro Circo en el jardín de la Casa de las Siete Chimeneas, del Conde de Polentinos. Tuvo su mejor momento cuando fue su empresario el Marques de Salamanca y lo mejor de Madrid pasaba por él atraídos por sus Operas italianas. Después, el Sr. Price acordó con el Conde de Polentinos un variado programa con mucho éxito, hasta que se incendió el teatro en noviembre de 1876. A la muerte del Sr. Price le sustituyó su administrador William Parish, su administrador, domador y yerno. Éste encargó un nuevo edificio al arquitecto teatral Ortiz de Villarejos que lo concibió en hierro, con forma de un polígono de 16 lados y una capacidad para 2000 espectadores. Se inauguró el 5 de diciembre de 1880. El Price fue el local de moda donde se sucedían las temporadas de conciertos, zarzuela, circo, y las veladas deportivas que adornaban la belle epoque madrileña. Fue Parish hijo el que lo unió al Circo Americano. A partir de 1930 tuvo varios empresarios y, en 1960, Manuel Feijoo y Arturo Castilla le devuelven su prestigio. En mayo de 1970 es derribado, pero su recuerdo forma parte
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