Las hermanas Consuelo y Pilar con su madre Carmen disfrutando de un día de romería. Alrededor vemos otros grupos de familias y al fondo las casetas de los merenderos y las atracciones.
Nos cuenta la donante que, después de la Guerra Civil, el entorno de la pradera de San Isidro traía malos recuerdos a los vecinos por los fusilamientos que allí se produjeron. A partir del año 45 o 46 se empezó a celebrar la romería, las atracciones y los bailes en la Dehesa de la Arganzuela, por ser el espacio más cercano a la ermita al otro lado del río.