Todo parece indicar que este conjunto de cuatro pinturas, obra de Juan Gacía Martínez (ver relacionados), unidas a otras dos que se conservan en el Museo del Prado, fueron el resultado de un encargo concreto de carácter institucional, plausiblemente municipal, con ocasión de la reparcelación que, a resultas del plan de ensanche de Madrid, hubo de afectar a la gran manzana situada junto a la Puerta de Alcalá y el Paseo del Prado Viejo, enfrente de las tapias del Buen Retiro, en la que, desde la segunda mitad del siglo XVII, se alzaba el Real Pósito.
El Real Pósito era una institución municipal madrileña del Antiguo Régimen, orientada hacia el control de los precios del pan por la vía de la adquisición y molturación de granos, así como de su ulterior transformación. De ahí probablemente el título genérico dado a este conjunto de seis óleos: se habría tratado de dar cuenta del estado de las instalaciones, ya muy deterioradas (había servido de cuartel con ocasión de la Guerra de la Independencia), antes de su definitiva demolición iniciada en 1866.