El desarrollo de La Codorniz, que creara el genial Miguel Mihura como una continuación de La Ametralladora, publicación que dirigió durante la guerra civil, tuvo cuatro etapas: La Codorniz de Mihura (1941-1944), testigo de la huella postergada del humor de las vanguardias en aquellos difíciles años de posguerra; La Codorniz de Álvaro de la Iglesia (1944-1977), la más longeva e importante, también la más popular, y que apuró su crítica hasta donde le permitía la férrea censura; La Codorniz de Summers (1977-1978), un vano intento de insuflarle nuevo aliento a una cabecera que trataba de encontrar su papel en la democracia recién estrenada; La Codorniz de Cándido (1978), que ensayó inútilmente nuevos criterios periodísticos.