Calle del Rubio. Se llamó así porque en estos terrenos, donde posteriormente se abrió la calle, vivió un hombre pelirrojo apodado “el rubio del arrabal”, cuyos descendientes en tres generaciones fueron rubios también. Desde 1894 recibe el nombre de Marqués de Santa Ana. Fuente: GEA, María Isabel (2003). El Madrid desaparecido. Madrid: Ediciones La Librería.