Raquel, la hija pequeña de Consuelo, posando en la terraza de su casa. Estaban haciendo las casas de Catalineo donde había estado la Fábrica de Jabones. También estuvo el Día y ahora está el Condi. «La vida da muchas vueltas», dice Consuelo, «pero yo estoy muy contenta de haber venido a Aravaca. Estoy muy orgullosa de mi tierra (Cabeza del Buey, Badajoz) pero uno no es de donde nace sino de donde pace».