En junio de 1975, la asociación de vecinos del barrio de Portugalete convocó al vecindario a defender sus viviendas de la amenaza que suponía el Plan Parcial de Ciudad Lineal. La asociación de vecinos convocó a la gente para que con las armas del arte defendiera sus casas durante las fiestas vecinales. Arcadio Blasco y Carmen Perujo, que eran de la asociación y miembros de la Asociación de Artistas Plásticos, coordinaron un equipo formado por niños y jóvenes para colaborar con numerosos pintores y escritores que participaron en la materialización de los murales, cuya realización es considerada un hito en la historia del arte popular. Participaron en la ejecución de los murales artistas tan relevantes como Lucio Muñoz, Ángel Aragonés, Juan Genovés, Paco Barón, Alfredo Alcaín, José Vento, Tino Calabuig, Salvador Soria, Salvador Victoria, Alcorlo, Zamorano, Bey, José Duarte y el propio Arcadio Blasco. Aportó una serigrafía Rafael Canogar y José Miguel de Prada Poole, justo en 1975 Premio Nacional de Arquitectura, diseñó una instalación de jaimas. Se añadieron a los murales versos de escritores como Aurora de Albornoz, Pedro Beltrán, Caballero Bonald, Ángel González, M. Conde, Horacio Guarany, José Hierro, R. Lorente, Julián Marcos, Antonio Leyva, Lucena y Enrique Páez y Vélez. El vecindario aportó con entusiasmo lo que cada uno podía. Las madres acercaban comida, como tortillas de patatas, y había personas que llevaban bebidas. Mientras que los vecinos de todas las edades pintaban, los artistas enseñaban a mezclar los colores y a mirar, sobre todo a mirar las cosas con otra perspectiva. Durante quince días, el arte fue una fiesta compartida.
El verano de 1975 convirtió a Portugalete, un barrio de casas bajas, en un museo de arte contemporáneo. Se consiguió paralizar el Plan Parcial y se organizó el primer taller escuela de artes plásticas. Carmen Perujo enseñó a levantar piezas de barro en el torno. Agar Blasco enseñó a realizar telares. Los sábados por la mañana la gente cocía las piezas en Majadahonda en el taller de Carmen Perujo y Arcadio Blasco.
Los murales de Portugalete fueron claves en la efervescencia de actividades culturales populares en los barrios de Madrid, unas actividades entendidas también como elementos importantes en la lucha por la Democracia y en la mejora de las condiciones de vida en los barrios, momento en que se compartían proyecciones de cine, obras teatrales, recitales de música, charlas sobres temas de interés común, recitales de poesía....Los murales se perdieron con el tiempo y al ser derribadas las casas bajas.
