La Beata Madre María de la Purísima de la Cruz, (María Isabel Salvat Romero) nació en Madrid el 20 de Febrero de 1926 en el número 25 de la calle Claudio Coello. Fue bautizada ese mismo año en la Parroquia de la Concepción, en la calle Goya. Durante la Guerra Civil estuvo fuera de Madrid, ciudad a la que regresó en 1939, instalándose en su casa del número 8 de la calle Jorge Juan. El 8 de diciembre de 1944, al poco de cumplir 18 años, ingresó en Sevilla en la Compañía de las Hermanas de la Cruz, fundada por Santa Ángela de la Cruz en 1875. Tomó los hábitos un año después, profesó temporalmente en 1947 e hizo los votos perpetuos en 1952. En su momento destacó por su elevado nivel cultural, y como dato revelador de esta circunstancia destaca el hecho de que dominara tres idiomas a la perfección: francés, inglés e italiano.
Desde que ingresara en la Compañía, destacó como una fiel observadora de las reglas del Instituto, y en su haber está el mantenimiento del carisma fundacional tal y como lo legara Madre Angelita. El 11 de febrero de 1977 fue elegida Madre General de la Compañía de la Cruz. Anteriormente desempeñó varias responsabilidades en la Compañía, entre ellas las de superiora de las casas de Estepa y Villanueva del Río y Minas, maestra de novicias y consejera generalicia.
Falleció en Sevilla el 31 de octubre de 1998, y sus restos reposan en el convento ubicado en la calle Santa Ángela de la Cruz. El 17 de enero de 2009 fue declarada Venerable por el Papa Benedicto XVI, que posteriormente firmó el decreto por el que se aprobó su beatificación, que tuvo lugar en el Estadio de la Cartuja, de la capital hispalense, la mañana del 18 de septiembre de 2010, presidiendo la misa el Prefecto de la Congregación para la Causa de los Santos, el cardenal Angelo Amato, en representación del Papa. Hasta allí se trasladó la imagen de la Esperanza Macarena, cuya hermandad está estrechamente vinculada con las Hermanas de la Cruz. El 11 de noviembre de 2014 se hizo público un segundo milagro que permite su canonización, anunciada por las autoridades eclesiásticas para octubre del año 2015 en Roma.
En la carta apostólica de beatificación, Benedicto XVI destacó que Madre María de la Purísima “iluminada por la sabiduría de la Cruz, dedicó su vida al servicio de los pobres y de los enfermos y a la educación cristiana de la juventud”. Su festividad se celebra cada 31 de octubre, “día de su nacimiento para el Cielo”.
