Este edificio fue la sede del HONRADO CONCEJO DE LA MESTA y en él presidió Fernando VII la Junta General de 1815.
La política agraria en la Edad Media estaba muy supeditada a la Reconquista, ya que en las guerras era frecuente la pérdida de los cultivos con lo que se favorecía la ganadería sobre otras actividades comerciales.
Alfonso X el Sabio, siguiendo el deseo de su padre Fernando III el Santo, decidió dar protección real a la trashumancia de rebaños frente al “hostigamiento de villas, castillos, frailes y caballeros”, que se sufren en el Reino, por lo cual otorga diecinueve privilegios al Concejo de la Mesta en 1273.
Alfonso XI creó la Cabaña Real. Con los Reyes Católicos el Honrado Concejo de la Mesta se convirtió en Tribunal. Fernando IV aceptó que “son notorios los agravios y vejaciones que los Jueces de la Mesta hacen a los labradores y señores de tierras con livianas causas condenándolos (…) lo cual hace gran daño (…) y disminuye la labranza y crianza de los labradores tan necesaria en estos Reinos.”
Se privó a la Mesta de poder judicial en 1796 y quedó abolida la institución tras las Cortes de Cádiz de 1813, teniendo en cuenta el Informe sobre la Ley Agraria de Jovellanos.
Fernando VII restituyó el Honrado Consejo con todos sus Privilegios y Costumbres. El propio rey presidio la Junta General de 1815, en su sede de la Calle de Huertas esquina a la del León.
En dicho acto, al que se refiere esta placa, el rey donó un cuadro suyo y recogió un donativo de medio millón de Reales.
La mesta fue abolida hasta hoy el 6 de septiembre de 1836.
