Calle Hileras, 18
En el exterior destacan la decoración en piedra de los remates de los vanos con rosetones.
EN el interior resalta el acondicionamiento del edificio como museo con la utilización de sus materiales originales, hierro y cristal.
Signatura
s/n
s/sig
Comentario
Se levanta sobre el solar que ocupó hasta 1868 el convento de San Martín. El proyecto fue el ganador de un concurso en el que se exigieron dos condiciones, además de la incombustibilidad: que fuera un edificio aislado para mayor seguridad de los objetos que se custodiaban y que el salón de ventas o almonedas fuera capaz para 400 personas. El proyecto ganador destacaba por la claridad de su composición, distribuida en torno a un gran patio de operaciones con soportes de hierro y cubierta asimismo de hierro y vidrio, que permitía una iluminación cenital.
En las cuatro fachadas se reparten regularmente vanos que no sobresalen de los sólidos muros lisos de ladrillo visto, que demuestran sinceridad constructiva. Los únicos elementos ornamentales se centran en los guardapolvos de los vanos, decorados con pequeñas rosetas, y la portada principal, sencilla y de gusto italiano. En la década de 1980 fue restaurado y convertido en sala de exposiciones y conferencias.
En el moderno edificio contiguo de la plaza de las Descalzas se conserva la portada de la capilla del primitivo Monte de Piedad, seguramente terminada en 1721 y atribuida a Pedro de Ribera. Es el único elemento que ha quedado del primitivo edificio. En la rehabilitación reciente, realizada por el estudio de Arquitectura Carlos Manzano y Asociados, en colaboración con el consulting de ingeniería Ove Arup, se ha recuperado la sala central de operaciones, acondicionado la sala de ventas como auditorio y ampliando el espacio de exposiciones hasta un total de 784 m2.
