Con planta simétrica, formada por tres naves dispuestas en U a las que se agrega la capilla sobre el eje, este edificio de estilo neomudéjar con detalles góticos -como la torre de la iglesia- tiene un carácter austero y funcional, con las fachadas de ladrillo visto desprovistas de toda ornamentación, destacando las galerías perimetrales del mismo material con su ritmo apretado de pilastras que configuran huecos en arco rebajado. A partir de 1927 se ejecutan una serie de obras de reforma interior que no descomponen la estructura del edificio, aunque lo amplían en una planta. La última restauración, que recuperó la funcionalidad y limpieza originales, fue realizada por el arquitecto Zarzo Hamma en 1983.
