En el exterior es importante el acceso lateral de iglesia, en el que destaca la sencilla ornamentación basada en una imagen de la virgen, colocada en una hornacina sobre el dintel de la puerta y flanqueada a ambos lados por escudos en piedra.
El nombre lo recibe del albacea testamentario de doña María de Miranda, que lo funda en 1609. A pesar de ser uno de los mayores conventos de Madrid desconocemos hasta ahora su autoría, aunque sabemos de la intervención de algunos maestros de obras poco importantes. En 1671 intervino en una reforma interior el arquitecto Gaspar de la Peña y en 1686 trabajaba en las obras de la fuente y del depósito de aguas Melchor de Bueras.El conjunto se distribuye en torno a una serie de patios en formación de claustros, con la iglesia en un extremo. Tiene planta de cruz latina, una sola nave, bóveda de cañón con lunetos, crucero y cúpula sobre pechinas, sin linterna. La fachada barroca, muy sencilla, incluye una portada que intenta repetir el tipo de la Encarnación, con tres arcos de acceso y remate en forma de frontón triangular con óculo.