Calle Divino Pastor, 2, Calle Fuencarral, 97 y Calle San Andrés, 34
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Comentario
Lo que hoy encontramos es un conjunto de construcciones anexas que tuvieron como origen el palacio levantado por Martín López Aguado en 1853 para el conde de Vistahermosa, de planta rectangular, estructura clásica con torreones en las esquinas y cuatro fachadas, una de las cuales daba a un pequeño jardín a la calle de Fuencarral. A pesar del piso que se le añadió posteriormente, podemos apreciar todavía su proporcionada estructura y la elegancia de sus balcones con guardapolvos sobre un cuerpo almohadillado, según aparece en el dibujo del proyecto original. En 1898 José Marañón transformó el palacio en Colegio de María Inmaculada y a partir de entonces comenzó una sucesión de obras de reforma y ampliación, la mayor parte realizadas por Daniel Zavala. La más importante de ellas fue la construcción de la iglesia en el chaflán que antes ocupaba el jardín de la iglesia, obra neogótica que, a pesar de su interés y correcta composición, no tiene nada en común con el palacio isabelino que queda oculto detrás. El convento se construyó asimismo en estilo neogótico en la década de 1920.
