El día 29 de mayo se alzó el pueblo en Granada, exigiendo que se formara una Junta, cosa que así sucedió ante la insistencia del populacho. Instigado por algunos demagogos (entre los que destacó un fraile llamado Roldán), el encono popular terminó cobrándose las vidas del antiguo gobernador de Málaga, D. Pedro Trujillo, del corregidor de Vélez Málaga y de D. Bernabé Portillo.
Para restablecer el orden público, la Junta actuó con decisión y firmeza. Se acusaba a tres negros del asesinato de Trujillo y un día los tres aparecieron colgados de la horca tras haber recibido muerte en la cárcel. Los responsables de los otros dos asesinatos recibieron la misma suerte, quedando nueve de ellos colgados del patíbulo con el rostro cubierto por una caperuza. Por su parte, el fraile Roldán fue enviado a la cárcel.