Al fondo del tercer tramo de la Gran Vía, cerrando como una auténtica pared la comunicación entre ésta y la calle Princesa, se situaba el antiguo palacio de los Duques de Pastrana que, después de ser adquirido por los jesuitas para la construcción de su Residencia y Casa Profesa, fue ocupado desde 1884 por las religiosas del Sagrado Corazón y utilizado para construir su colegio, delimitado por las calles Dos Amigos, Leganitos y la plaza del mismo nombre.
Durante la guerra civil fue habilitado como hospital de sangre, siendo muy dañado por los bombardeos. Finalmente el edificio fue derribado en 1943 para consumar el enlace de la Gran Vía con la calle Princesa, aprovechándose parte de su solar para construir el edificio España.