La joyería Fernández Aldao se instaló el 15 de mayo de 1911 en la calle de la Sal y, como referente de la alta joyería, en 1921 se trasladó a Gran Vía, en contra de la opinión generalizada del comercio de la época que consideraba que la vida comercial se encontraba en Caballero de Gracia. Se trata de uno de los pocos comercios que todavía se conservan en su emplazamiento original, aunque la decoración fue renovada en los años cincuenta del pasado siglo.
Según se comenta en el anuncio del que se extrae la imagen la joyería López y Fernández, tal y como se llamaba antes de ser conocida como Aldao, era la "casa mejor surtida y que más barato vende en España".
