El impago de la fianza de las obras establecida en 2.500.000 de pesetas que debía presentarse antes del 18 de enero de 1906, motivó la rescisión del contrato de adjudicación de las obras de la Gran Vía a Hans Edward Hughes, cuya empresa perdió las 50.150,70 pesetas de depósito entregadas al Ayuntamiento de Madrid, quien se reservó su derecho a emprender las acciones judiciales pertinentes. El proceso de subasta de las obras tuvo que volver a comenzar.