Como se comenta en el texto del anuncio, Vasconcel poseía un consultorio de belleza en la avenida del Conde de Peñalver 7 entresuelo (correspondiente a la actual Gran Vía 20, pues la numeración de la calle antigua comenzaba en la Red de San Luis). Atendido por la señora de Vasconcel y sus hijas, en él se hacían demostraciones y se aconsejaba sobre los productos Vasconcel más adecuados para cada mujer ("de forma gratuita y sin compromiso de comprar"). Productos que luego se podían adquirir en los comercios de perfumería de toda España.