Carpeta con tres láminas referidas al proyecto para la prolongación del paseo de la Castellana: Planta general, sección y perspectiva general (duplicada), firmadas por Pedro Núñez Granés el 1º de marzo de 1916.
Desde el siglo XIX y hasta el actual Plan Chamartín, la expansión de la ciudad hacia el norte es una constante de los distintos planes de urbanización y de Ordenación urbana. Siempre sirviéndose del eje Prado-Recoletos primero, y del Paseo de la Castellana después como eje vertebrador.
Esta prolongación ya se planteó en 1834, bautizándose el paseo como de “las Delicias de la Princesa”, en honor a la futura Isabel II.
Más tarde, el proyecto de Ensanche diseñado por Carlos María de Castro convirtió a esta avenida en la principal vía Norte-Sur aunque Castro se concentró en construir la nueva ciudad al Este de la villa.
En 1916, Núñez Granés hizo un proyecto para prolongar la Castellana donde leemos:
«Demanda, de manera imperiosa, la prolongación del paseo de la Castellana, el rápido desarrollo de nuestra metrópoli, que exige dar cauces y proporcionar zonas por donde corra y se dilate la vida urbana en las condiciones de higiene, amplitud y belleza, que imponen los progresos del moderno vivir”.
Núñez Granés proponía una línea recta de tres km, cruzada por cuatro plazas. La primera espectacular en sus dimensiones, dedicada al rey Alfonso XIII y adornada con un gigantesco monumento que no se llegó a construir.
La perspectiva que se adjunta refleja una avenida llena de zonas verdes, espacios monumentales y edificaciones de baja altura que poco tiene que ver con lo que actualmente podemos contemplar en esta vía.
