Retrato de un golfillo fumando, encendiendo una cerilla, cuyo resplandor en la oscuridad es recurso del pintor para demostrar su habilidad en el tratamiento de la luz.
A juzgar por la etiqueta que lleva al dorso, podría ser uno de los numerosos pasteles presentados por Peña a las Exposiciones Nacionales de Bellas Artes con otro título.
Fuente: Catálogo de las Pinturas, 1990, pág. 213. Museo Municipal de Madrid.