Lienzo central de un tríptico, que ilustra el milagro del arado guiado por ángeles durante el rezo del labrador, sin duda uno de los más populares del santo.
Junto al vigoroso realismo con que están resueltas la figura principal, los bueyes y las alforjas, envueltos en las sombras del amanecer, los ángeles muestran un dibujo mucho más delicado y suave, absolutamente idealista, para diferenciar su naturaleza divina, acusada por la luz sobrenatural que emerge de su interior y que ilumina toda la composición.
Fuente: Catálogo de las Pinturas, 1990, pág. 214-215. Museo Municipal de Madrid.