Retrato menos afortunado que los otros dos que el Museo conserva de este autor, contribuyen a su propio atractivo la dureza de su dibujo y la fisonomía de la retratada, de gesto hosco e indumentaria poco favorecedora.
Tocada con peineta, está sentada y sostiene en sus manos un abanico.
La dama ha siso identificada como la madre de Dolores Armijo.
Fuente: Catálogo de las Pinturas, 1990, pág. 17. Museo Municipal de Madrid.