Identificado por su anterior propietario con un Intendente Carrero, quizá pudiera tratarse del funcionario palatino de este nombre que fue primer Intendente del Teatro Real de Madrid, inaugurado por la reina Isabel II en 1850, si bien no hay en el retrato elemento alguno que pueda aludir a tal empleo. Se trata, más bien, del retrato de algún personaje de cierta importancia de la Corte Fernandina, a juzgar por la aparatosa oficialidad de su composición, relacionado de alguna manera con la ciudad de Sevilla, cuya simbólica Torre del Oro se adivina al fondo, a través del ventanal.
Vestido con uniforme palaciego, aparece sentado, de cuerpo entero, en un sillón de riquísima talla con las figuras de dos cisnes, sobre una alfombra y ante una mesa no menos lujosa sobre la que está colocada una escribanía y un candelabro de pantalla con dos brazos, así como varios libros, algunos de cuyos títulos pueden leerse en sus tejuelos ("Obras de Young", "Biblia. Nuevo Testamento", "Obras de Martín", "Viajes de Anacha"). Al fondo a la izquierda se abre un balconaje con dosel, tras el que se contempla un paisaje arbolado y el monumento hispalense. En primer término, sobre una banqueta descansa el sombrero, espada y bastón, accesorios de su uniforme.
Fuente: Catálogo de las Pinturas, 1990, pág. 246. Museo Municipal de Madrid.