Cuadro comenzado a pintar por Juan Carreño de Miranda, no es fácil asegurar quién sea el artista que lo concluyó, posiblemente Palomino. La concepción entera de la figura ondulante del santo, el vibrante tratamiento de sus vestimentas, con los bellos blancos del alba y el rojo brillante de la muceta, e incluso el angelito de la izquierda, a contraluz, responden bien a los tipos y el carácter de este último autor.
Los dos ángeles que portan la tiara papal y la filacteria, sin embargo, parecen, por su modelo más prieto y redondo, obra muy próxima a Palomino.
Fuente: Catálogo de las Pinturas, 1990, pág. 71-72. Museo Municipal de Madrid