Uno de seis lienzos, -cuatro de formato vertical y dos tondos-, realizados para el retablo dedicado a San Francisco de Regis, beatificado en 1716 y levantado en la desaparecida iglesia del Noviciado de Madrid por encargo del padre jesuita Daubenton, confesor del rey Felipe V, y cuyas obras finalizaron en 1722.
La figura del santo, rotunda y monumental, centra la composición, destacado por su hábito negro. A la izquierda en primer término, un joven enfermo de peste se incorpora para tomar la comunión con la ayuda de su padre junto a dos figuras que aparecen detrás gesticulando y tapándose la nariz por el hedor, y que se recortan a contraluz contra el celaje. Detrás, a la derecha, se ve otro enfermo tendido y el traslado de un cadáver, entre un modesto caserío.
Fuente: Catálogo de las Pinturas, 1990, pág. 129. Museo Municipal de Madrid