Ignacio Selva, un señorito madrileño, se convierte en detective, ya que, aficionado a leer novelas policíacas, se ve obligado a resolver un crimen acontecido en su círculo de amistades para demostrar su propia inocencia: el asesinato de un hombre de negocios llamado Francisco Grijalba.
Publicada en 1911, "La gota de sangre" es una novela corta de Emilia Pardo Bazán que inicia el género policiaco en España. Se interpreta como una defensa de los derechos femeninos por parte de la escritora, infatigable denunciante de las injusticias sufridas por las mujeres en el ámbito jurídico y penal; y por otro lado, como una apuesta por la relativización y el cuestionamiento de los problemas morales.