Leonor, a los 5 o 6 años, después de la guerra. Seguramente es la zona del Palacio, de la que fue vecina toda su vida. La ciudad devastada, y un cartel de la Comandancia de Fortificaciones y Obras de la Primera Región. Su madre Leonor y su tía Virginia la observan cómo posa mientras siguen su camino. Durante la contienda se refugió temporalmente en el Monasterio de la Encarnación. Siempre recordó el sonido de las bombas.