Andrés de las Heras con sus hijos Andrés en el centro y José Luis en el interior de la tienda del Paseo de los Olmos 3. Ellos son los protagonistas de que este pequeño comercio haya subsistido, ya que supieron reinventarse cuando la mayoría de tiendas de comestibles de barrio tuvieron que cerrar ante la imposibilidad de competir con los supermercados y grandes superficies.
A este establecimiento se le puede considerar precursor de las tiendas gourmet pero manteniendo la esencia del comercio tradicional. Su apuesta fue por los productos artesanos de calidad seleccionados dentro de la gastronomía nacional, para ello contratan con proveedores que trabajan su propio producto en empresas familiares como la suya.
