En 1908 los automóviles que queían entran en Madrid debían hacer parada para declarar las mercancías que llevaban en su interior. En la revisión efectuada al director del periódico ABC, Torcuato Luca de Tena, se le encontró un bidón de gasolina no declarada lo cual provocó que se le fuera retenida. Al día siguiente ABC protestó por el "atropello" sufrido argumentando que el coche ya portaba la gasolina al salir de Madrid ya que, ante la dificultad de encontrar benzina fuera de la ciudad, era necesario llevarla permanentemente en el coche para evitar quedarse sin combustible.
El asunto llegó a mayores y tuvo que intervenir el alcalde de Madrid, Conde de Peñalver, a través de un decreto para rectificar este tipo de situaciones que la aparición de los automóviles iba provocando.