Privilegio de Alfonso VII, otorgando a Madrid la posesión de los montes, sierras y términos existentes entre dicha Villa y Segovia, desde el puerto del Berrueco hasta el de Lozoya
Se trata del documento más antiguo conservado en el Archivo de Villa, fechándose en mayo de 1152 en Toledo, lugar de residencia en ese momento de la corte y del Rey Alfonso VII.
Durante este período la ciudad de Madrid tuvo constantes disputas con la de Segovia a cuenta de la posesión y dominio de los Terrenos de la Sierra de Guadarrama y del Manzanares del Real, situados entre las dos ciudades, que pasaban de unas manos a otras ante la pasividad de la monarquía.
Alfonso VII terminó mediando en esta disputa, dando la razón a la ciudad de Madrid, y confirmando su posesión de estas tierras. Una victoria rotunda para los madrileños que vieron como frecuentemente los segovianos ponían en entredicho, lo que obligó a otros reyes a dictar nuevas disposiciones que tampoco tuvieron un cumplimiento efectivo y que llegaron a incluir una autorización a los madrileños para destruir las aldeas allí creadas por los segovianos.
El conflicto se enquistó en el tiempo, y aunque Fernando II y Alfonso X, cansados de los pleitos, decretaron el aprovechamiento común de bosques y pastos, las dos ciudades mantuvieron su disputa hasta bien entrado el siglo XVI.
