Don Jacinto Hermoso del Caño en concepto de Secretario de la Real Archicofradía Sacramental de San Miguel, San Justo y San Millan, solicitando permiso para contruir un cementerio particular con destino al enterramieno de sus individuos, en el Cerrillo de las Ánimas entre el Camino que dirige a San Isidro el del Campo de la Rivera derecha del Río Manzanares.