En esta casa que hizo contruir en 1924 vivió y trabajó ahsta su muerte AGUSTÍN GONZÁLEZ DE AMEZÚA historiador y académico (1881-1956)
Esta fue la casa de Agustín González de Amezúa. Él la mandó construir de tal manera que el centro de la vivienda fuera una gran biblioteca de dos alturas, con escalera y pasarelas para alcanzar a todos los volúmenes. En este espacio de silencio e investigación trabajó todas las mañanas. Y aquí también fue el lugar de su muerte. En ella tenía las fotos de los hermanos Álvarez Quintero, de Menéndez y Pelayo y de Rodríguez Marín.
En esta biblioteca-casa, donde no había salón propiamente dicho, vivió treinta y dos años y escribió toda su obra.
Amezúa fue un ensayista fundamental para los estudios del Siglo de Oro español, Académico de la Lengua, de la Historia y de la de Jurisprudencia y Legislación.
Nació en Madrid el 30 de agosto de 1881, se doctoró en Derecho en la Universidad Central. Su pasión por la Literatura la sintió ante la gran biblioteca de de su tío Ramón Nocedal, cientos de estantes magníficos donde los libros antiguos y raros se convirtieron en atractivos retos para investigar. Heredó más tarde esta joya familiar y la unió a ésta de su casa, ampliándola.
Su primer artículo fue en 1906 sobre crítica musical, pero su trabajo se fue centrando en el siglo de Oro español. Su primera gran obra fue la edición crítica de dos novelas de Cervantes, uno de los grandes ejes de su trabajo, que le valió la Medalla de Oro de la Real Academia de la Lengua.
Su trabajo ingente sobre su paisano Lope de Vega le llevó a publicar una obra fundamental en la bibliografía lopesca, en cuatro volúmenes, “Lope de Vega en sus cartas”. Otro ensayo imprescindible fue la biografía en cinco volúmenes de Isabel de Valois.
Fue el primer presidente del Instituto de Estudios Madrileños y desde él pudo ofrecer su erudición y su entusiasmo sobre los siglos XVI y XVII, y su comprensión esencial de la Corte de tan gran Imperio.
