En esta casa vivió hasta su fallecimiento el gran torero toledano DOMINGO ORTEGA (1906 - 1988) maestro de la muleta y de la palabra
El magnífico diestro que fue Domingo Ortega nació en Borox (Toledo) y murió en esta casa de Madrid, en 1988. Desde que mató su primer novillo, en la plaza de Carabanchel, su trayectoria ha estado siempre ligada a Madrid. Sin embargo, tomó la alternativa en Barcelona, en 1931, un 8 de marzo en el que “Gitanillo de Triana” le cede la muerte de “Valenciano”, toro de la ganadería de Juliana Calvo. En 1931 cortó su primera oreja en la Corrida de la Prensa, en Madrid. Su última corrida fue en la Feria del Pilar de Zaragoza el 14 de octubre de 1954.
Domingo Ortega fue un torero intuitivo, con unas dotes excepcionales para la lidia de reses bravas, recio, sobrio, con hondura, de estilo clásico y técnica depurada, lidiador de sorprendente facilidad y sugestiva personalidad.
A su labor como diestro, Domingo Ortega unió también la de ganadero y la de hombre próximo a la cultura. En este sentido, fue amigo y contertulio de muchos miembros de la generación del 27, entre los que se encontraban Gerardo Diego, Eugenio D’Ors, José Ortega y Gasset, José María Cossio o Gregorio Marañón, entre otros. Eugenio D’Ors, por su parte, llegará a firmar: “Ortega ha colocado a los toros en la plenitud de la filosofía”. Y Gerardo Diego, con ocasión de su incorporación como socio del Ateneo madrileño, le dedicará estos versos:
Cátedra del Ateneo,
el maestro fray Domingo
va a hacer un sutil distingo
al definir su toreo.
Cambia la aguja al correo
y si el tren te duda y anda
aguanta, quieto y torero.