El artista Pablo Genovés, hijo de Juan Genovés y Adela Parrondo, vivió en Aravaca desde que tenía un año. Actualmente, reparte su tiempo entre su piso de Berlín y la casa familiar de la Calle Araquil. «Cuando llegamos a Aravaca los territorios estaban todavía marcados por los restos de la guerra civil. Detrás de la casa familiar recuerdo jugar toda mi infancia en unas ruinas que conservaban marcas de la metralla y la contienda; estuvo en pié hasta que el arquitecto De la Joya hizo sus adosados».