En 1917 se retomaron las obras del segundo tramo de la Gran Vía que iba desde la Red de San Luis hasta la plaza del Callao que habían sufrido un parón de 1914 a 1916, ya que se debía terminar primero la urbanización del primer tramo de la calle. Las demoliciones finalizaron en 1922, aunque la entrega definitiva de obras fue el 20 de agosto de 1927. Se denominó avenida de Pi y Margall, en recuerdo del que fuera presidente de la Primera República Española. Para realizar este tramo se siguió, a grandes rasgos, el trazado de la calle Jacometrezo, que prácticamente desapareció. Se demolieron 125 fincas y cuatro calles, transformándose otras trece.