El cartel se imprimió en varios idiomas. El montaje está cargado de dramatismo y advierte al espectador sobre los bombardeos de Madrid.
Durante la Guerra Civil el gracejo popular madrileño rebautizó la Gran Vía como avenida de los Obuses o avenida del Quince y medio, en referencia a los proyectiles que el ejército franquista lanzaba sobre los pisos superiores del edificio de la Telefónica, que era usado como observatorio militar.