En torno a este lugar vivió y murió en 1734 MIGUEL JACINTO MELÉNDEZ, pintor del rey Felipe V.
Miguel Jacinto perteneció a una dinastía de pintores asturianos, Nació en Oviedo en 1679. Fue hijo de Vicente Menéndez de Ribera y Francisca Díaz de Luxío, hermano del pintor miniaturista del rey Francisco Antonio y tío del celebre Luís ilustre en sus bodegones. Se casó en Madrid con una rica heredera, María del Río en la Parroquia de San Justo y Pastor en 1714 y en 1716 con Alejandra García de Ocampo.
Su formación como artista fue madrileña, parece ser en el taller de José García Hidalgo y en la Academia del Conde de Buenavista que estaba en su propio palacio. Su pintura, como era natural primer tercio del siglo XVIII fue de transición, por eso él experimentó en las diferentes tendencias y marcó su propio sello, dentro de los gustos divergentes de la sociedad de su tiempo.
Su estética estaba entroncada en la tradición española y fue continuador de la Escuela madrileña del siglo de Oro, manifestándose principalmente en su numerosa obra pictórica religiosa, donde son especialmente reconocidas sus diferentes versiones de la Anunciación y de la Inmaculada.
Es especialmente reconocido en su obra cortesana por su tendencia francesa, que se impone con los gustos y la procedencia del nuevo monarca Borbón, que necesita en los modos un pincel menos austero, mas sofisticado, donde sus tirabuzones y sus casacas rojas muestren la nueva imagen de la dinastía y subliminalmente sus nuevas ideas de gobierno. Fue desde 1712 pintor real y son numerosísimos los retratos de Felipe V, de María Luisa Gabriela de Saboya y de Isabel Farnesio de así como de todos los infantes y entre ellos los que serían Fernando VI y Carlos III.
Murió en Madrid en el año de 1736 dejando por toda España una abundantisima producción.
