Calderón de la Barca (1660- 1681) fue de Madrid, estudió en el Colegio Imperial de la calle de Toledo, vivió en la calle Mayor, gozó de una posición familiar privilegiada, salio y volvió de ella y pudo mirar a la ciudad en la efervescencia voluptuosa por la que todos querían venir a ella: Punto central del Imperio, sede de la Monarquía y por ello de instituciones de todo tipo.
Para llevar a cabo un crecimiento urbano como el que había experimentado Madrid en esos años donde hasta los madrileños debieron de compartir sus casas por el mandato de la Regalía de Aposento, el monarca pudo contar con una ciudad que desde sus crónicas más antiguas hablaba de lo acogedor de sus gentes.
Madrid ciudad viva y abierta era muy oscura de noche…. Así empieza "El maestro del Danzar", la obra donde está esta cita. El argumento trata de la seducción de Don Enrique a su vecina Doña Leonor fingiéndose ser maestro de este arte. Nada más empezar la obra en la que actúan trece personajes más coro de gente; Chacón, convence a Don Enrique para que no salga solo a pesar de que esta ciudad contiene esas virtudes que se citan en la Placa.
Esta obra, El Maestro del Danzar está incluida en el tomo de la Tercera parte de Comedias que publica, junto con otras once en el año de 1664. Una de las muchísimas obras que le dieron la gloria del Teatro Barroco español.