José Ortega y Gasset nació en 1883 en la calle Alfonso XII –una placa de mármol recuerda este hecho-, pero vivió en diferentes lugares de Madrid como en esta vivienda de la calle Serrano con terraza y palomar. A ella se trasladó de su casa de la calle Zurbano al comienzo de la década del veinte. A Ortega le gustaban los pisos altos y espaciosos. Y esta vivienda reunía todas las condiciones idóneas para su vida y su trabajo. De hecho, en ella escribiría algunas de sus obras más significativas como “España invertebrada” en 1921, “El tema de nuestro tiempo” en 1923 o “La rebelión de las masas” en 1929, entre otras.
El tiempo en el que residió en esta casa es también el del paso de su concepción perspectivista a la raciovitalista, o si se quiere, el proceso de una profundización mayor en el ser humano y en su entorno, ya sea el escenario del mundo o el de la historia, cuestiones que han caracterizado su visión filosófica. Muchas de sus reflexiones, sobre todo las expresadas en “España invertebrada” o en “La deshumanización del arte”, consolidaron también su influencia sobre los poetas, intelectuales y artistas de la denominada Generación del 27.
El Ortega pensador es inseparable del maestro, el ensayista teórico del analista político o del editor de la Revista de Occidente, que fue fundada en 1923, cuando el filósofo vivía en esta casa.