Primer cuadro de la serie realizada por Soto Mesa bajo el título Madrid-Ventanas, que formó parte de la exposición dedicada a esta serie en el Centro Cultural de la Villa, en 1986, y que donó al Ayuntamiento de Madrid como homenaje a la figura del alcalde Enrique Tierno Galván, fallecido el 19 de enero de ese año. Como el propio artista ha señalado, en esta exposición se expusieron las obras más radicales del ciclo, con las que culminaba sus investigaciones figurativas sobre el paisaje urbano, con obras reducidas a la geometría más acusada, la pura ortogonalidad y la utilización de un color plano, en las que lo figurativo y lo paisajístico se basa aquí en los aspectos modulares de algunos ejemplos de la arquitectura de Madrid en estos años.
Tras su paso por un realismo de corte naturalista en los años setenta, Soto Mesa empezó a utilizar en su pintura en los primeros años ochenta elementos del entorno urbano, prescindiendo de la perspectiva y centrándose en los elementos modulares y planimétricos de las fachadas arquitectónicas. Esas investigaciones le llevaron, como señaló con precisión Francisco Rivas, a las regiones más extremas del arte objetivo y geométrico y como tantos otros artistas a lo largo del siglo XX, en el fecundo y amplísimo ámbito del arte geométrico y constructivista, buscaba e intentaba plasmar una pintura donde la subjetividad y la huella de la mano del artista, quedara postergada a favor de la investigación de problemas estrictamente plásticos. Una pintura basada en un método racionalista y en operaciones de carácter matemático.
Por ese camino llegó a este serie de Madrid-Ventanas, en cuyo catálogo recogió una cita del matemático René Thorn que cifra y resume admirablemente las intenciones de Soto Mesa en relación con sus búsquedas en estos años: "Comprender es geometrizar". La historiadora Paloma Esteban ha comentado y valorado esta obra en los siguientes términos: "La aparente simplicidad de este lienzo de Soto Mesa esconde tras de sí un largo y minucioso proceso, que parte de la observación directa de la realidad para arribar a la más rigurosa abstracción constructiva. El pintor elige las fachadas de los edificios madrileños que posteriormente llevará a sus cuadros y las somete a un análisis matemático, que dará como resultado una estructura geométrica uniforme, con entidad en sí misma, pero también con posibilidad de formar un conjunto en relación con los demás ejemplares que integran esta serie, denominada genéricamente Madrid-Ventanas. Del mismo modo, la gama elegida es generalmente monocroma o bitonal por lo que se refiere a cada uno de los cuadros y, sin embargo, si se agruparan todos los elementos integrantes de la serie, resultaría un mosaico multicolor constituido fundamentalmente por colores primarios, más el banco y el negro y, como nota exótica, el oro y la plata". Una obra, en definitiva, que nos remite a un paisaje mental y físico de Madrid de ilusoria frialdad. MAC/EAL