El título de esta obra evoca el de la celebérrima banda de rock neoyorkina The Velvet Underground, creada por Loud Reed y John Cale, activa entre 1964 y 1973 y considerada como uno de los más influyentes grupos de música de la década de los 60. La banda colaboró con The Factory, el estudio de Andy Warhol, uno de los más influyentes artistas del pop americano, que filmó a la banda ensayando y convirtó esa filmación en la película The Velvet Underground & Nico: A Symphony of Sound. Editaron su primer disco en 1967 con una cubierta diseñada por Warhol.
Este breve preámbulo al título de la obra no es ocioso si sabemos que Miluca Sanz formó parte, como teclista, del grupo musical Las Chinas, formado en Madrid en 1979 y activo durante un tiempo en la llamada Movida madrileña. Esta obra formó parte de la exposición Miluca Sanz Colección. Primavera / Verano, primera individual de la artista en Madrid en 1988 en la galería Moriarty. El sintagma que abarca dicho título podemos entenderlo como una referencia doble a los intereses estéticos y emocionales de la artista en ese momento; por una lado, Miluca Sanz Colección, como referencia a las imágenes y dispositivos artísticos que utiliza en su pintura y, por otro, la frase completa como un eco de sus intereses sobre la moda (a la que se dedicó tras abandonar la música) en cuanto, como ella misma ha comentado “fenómeno cultural o estético... como una excusa para pintar”.
Como en otras obras de esta exposición, Velvet Underground fija, a modo de collage, sobre la superficie bidimensional de la tela, varias imágenes figurativas –un rostro meláncolico de mujer con un enorme sombrero con la inscripción VELVET, unos zapatos, una silueta femenina en rojo y un frasquito de perfume- y abstractas –unas superficies rectangulares de color –rosa, amarillo y azul- sobre un cálido fondo blanco ligeramente manchado, en algunos de los cuales, dismulados o no, se ha utilizado la técnica del dripping. Aquí la técnica del collage debemos entenderla no en su acepción originaria de pegar materiales externos (papeles, hojas de periódicos o cuerdas) sobre la tela pintada, sino como yuxtaposición de elementos distintos que, en este caso, son imágenes que la artista ha reelaborado a partir de otros autores y estilos, que le permiten, dentro de un gran refinamiento cromático, crear nuevas relaciones o asociaciones dentro del imaginario femenino que es la moda. La crítica ha asimilado estos procedimientos y el recurso a la dispersión espacial, al repertorio de las vanguardias históricas (cubismo, suprematismo, Léger), el cartelismo gráfico de los años cincuenta o artistas más cercanos como David Salle o el Dis Berlin de ese momento. MAC/EAL