Pomo: Hierro.
Hoja de espada: Hierro.
Brocal de espada: Plata.
Contera: Plata.
Bigotera: Longitud = 5,70 cm
Hoja de espada: Longitud = 84,40 cm; Anchura proximal = 5,60 cm; Anchura distal = 3,60 cm; Anchura mesial = 5,40 cm
Pomo de espada: Longitud = 11,40 cm; Anchura proximal = 1,40 cm; Anchura distal = 2,40 cm
Soporte: Longitud = 100 cm; Anchura = 15,40 cm; Espesor = 1 cm
Espada de hierro con brocal de vaina de plata. Hoja de sección oval con dos filos paralelos y terminada en punta, que actualmente falta, estando reconstruida mediante una pieza de metacrilato. En la zona superior de la hoja presenta un ligero estrangulamiento, forrado por una ancha banda de plata rematada con cordones, perteneciente al brocal de la vaina. El brocal está realizado en lámina de plata martillada con adornos muy sencillos de repujado en los bordes inferior y superior, así como en la línea de unión vertical. La empuñadura, de la que sólo se conserva la espiga central de hierro, es de sección y forma rectangular, y estaba rematada por un botón de plata que coronaba el pomo y que se conserva exento. La contera está practicamente perdida, unicamente mantiene el extremo de la punta realizado en bronce. Es redondeada, en forma de pelta. Conserva restos de cuero pegados a la hoja, así como el brocal y la contera.
Aparecida en la sepultura 11 de la ncrópolis de Daganzo.
Se trata de un ejemplar de spatha, arma de origen cético empleada primero por la caballería romana en el siglo I y que pasó, en la tercera centuria, a ser utilizada por las legiones en sustitución del tradicional gladius. En el siglo IV era ya el arma normal en la infantería romana, siendo adoptada también por los germanos. El tipo de hoja perdura invariable hasta el siglo VIII, en que tiende a adelgazarse hacia la punta y se generaliza la utilización de un canal central. De acuerdo a la clasificación de las spathae romanas de Ulbert, encaja en las del tipo Straubing/Nydam, de hoja larga y estrecha con una proporción entre longitud y anchura de 15:1
En la Península se conocen pocas espadas altomedievales: dos procedentes de Castiltierra, (sepulturas 459 y 442) de dimensiones y características semejantes a la de Daganzo y fechadas a finales del siglo VI; una en Beja (Alentejo, Portugal) de rica ornamentación en oro y piedras, datada en la primera mitad del siglo V, y que se ha asociado a la cultura alano-sármata; otras dos en yacimientos vascos (Guereña -Álava-, y San Martín de Finaga -Vizcaya-) fechadas en los siglos VI-VII, relacionadas con necrópolis merovingias y aquitanas; y, finalmente otra en Conímbriga, datada en la séptima centuria, con decoración damasquinada, y paralelos en necrópolis alemanas y suizas.
La forma y materia de los elementos de la guarnición de la espada ha suscitado discusiones, puesto que no queda ningún resto ni en Daganzo (salvo el botón) ni en Castiltierra, mientras que el de Beja conserva un arriaz recto de hierro. El único ejemplar de guarnición conocido en la Península para esta época procede del yacimiento de La Vega, en Boadilla del Monte (Madrid). Es de madera, con una guarda estrecha, empuñadura de madera y pomo piramidal. Es del siglo VII.
La espada se depositó en la tumba dentro de su vaina. Fernández Godín y Pérez de Barradas (1931: 6) dieron una primera explicación algo confusa sobre la situación de la espada dentro de la tumba, aunque Pérez de Barradas (1935) aclararía luego que apareció depositada sobre el pecho del cadáver. En la tumba 459 de Castiltierra, la espada estaba colocada en el lado izquierdo del cadáver, sujeta por un cinturón del que se recogió un broche de placa rígida calada.
Comentario extraído del Catálogo en línea del Museo de San Isidro. Los Orígenes de Madrid.